Bar Monasterio

Bar Monasterio

El Bar Monasterio es un auténtico clásico en Pamplona, ¡y no es para menos! Desde 1944, este bar ha sido el lugar de encuentro para disfrutar del primer pintxo caliente de la historia de la ciudad. Si buscas un ambiente agradable, este es el sitio ideal: con su vermut casero, excelentes vinos y cervezas de calidad, la experiencia se completa con unos pintxos elaborados que te harán volver por más. En su ubicación en C. Espoz y Mina, 11, siempre está a tope, así que mejor haz tu reserva.

Con una calificación de 4.4 de 5 en Restaurant Guru y más de 1,060 reseñas, Bar Monasterio se ha ganado su reputación como uno de los mejores locales de la capital Navarra. Si te apetece probar comidas deliciosas y platos que sorprenden, este bar es un referente. Además, siempre contarás con un servicio estupendo del personal, que se asegura de que todos tengan lo que necesitan. ¡Así que ya sabes, si quieres un buen pintxo en Pamplona, este es el lugar!

Bar Monasterio

Bar
4,4
609Reseñas
Fotos
C. Espoz y Mina, 11, 31002 Pamplona, Navarra
948 77 47 58

Horarios Bar Monasterio

DíaHora
lunesCerrado
martesCerrado
miércoles11:30–15:30, 18:30–23:00
jueves11:30–15:30, 18:30–23:00
viernes11:30–15:30, 18:30–23:00
sábado11:30–15:30, 18:30–23:00
domingo11:30–15:30

El horario podría cambiar.

Mapa Ubicación Bar Monasterio

Desde cuándo está abierto el Bar Monasterio en Pamplona

¡Hey, amigos! Si alguna vez os encontráis por C. Espoz y Mina, 11 en Pamplona, tenéis que hacer una parada en el Bar Monasterio. Este lugar es una joya en medio del bullicio, con una calidad-precio de 10. La comida es increíble y, te lo prometo, la atención del personal es de esas que te hacen sentir como en casa. El ambiente es súper acogedor, lo que lo convierte en el sitio ideal para disfrutar de una buena cena con amigos.

Lo más sorprendente son sus pinchos de autor. Hice una pequeña cata y todos, absolutamente todos, me dejaron con ganas de más. El ceviche de corvina y el tataki de atún son de otro nivel, y si te gustan las patatas bravas, no dejes de probarlas con salsa de maracuyá. ¡Es una mezcla que nunca pensarías que encajaría tan bien y, créeme, la vas a agradecer! El precio por persona ronda entre 10-20 € si optas por unos buenos pinchos, así que no hay excusa para no probarlo.

Y déjame decirte, si estás en plan de encontrar algo distinto, el rabo de toro y el tiradito de atún son imperdibles. Los recomiendo al 100%. Las raciones son generosas, así que no escatimes en pedir un par de cositas para compartir. Además, el ambiente es bastante tranquilo comparado con otros bares de pintxos de la zona, ¡ideal para una buena charla entre amigos!

En resumen, si te gustan los sitios donde la comida es tan buena que vas a querer volver, y donde la atención es de otra liga, el Bar Monasterio es para ti. Desde mi experiencia, os puedo asegurar que merecen esos 5 estrellas que siempre reciben. ¿Y sabes qué? Este lugar lleva abierto unos cuantos años, así que ya es un clásico que ha sabido mantenerse en el corazón de Pamplona. ¡No te lo pierdas!

Dónde se encuentra ubicado el Bar Monasterio

Y bueno, no sé si les he contado de este rinconcito en Pamplona que me tiene obsesionado últimamente: el Bar Monasterio. De verdad, está de lujo. Con su ambiente acogedor y tranquilo, es perfecto para relajarse después de un día ajetreado. La última vez que fui, el camarero nos hizo sentir como en casa, ¡una atención que ya no se ve! Era un auténtico placer escuchar cómo nos explicaba cada plato con tanto detalle. ¡Como para repetir sin dudarlo! Y vaya que si la comida estaba espectacular. Estoy convencido de que si hubiera tenido más espacio en el estómago, habría probado todos los pinchos del menú. Pero lo que de verdad me dejó con la boca abierta fue el steak tartar. Para morirse, en serio.

Y hablando de pinchos, es impresionante cómo cada bocado se siente como un regalo. Siento que se nota el cariño y la dedicación en cada uno de sus pintxos y raciones. El equipo es de 10 y todo lo que sale de la cocina es de 100. Las zamburiñas son una maravilla, y no puedo dejar de recomendarles el brioche de costillas glaseadas en teriyaki. ¡Increíble! El precio por persona ronda entre 20 y 30 euros, y lo mejor es que nadie sale decepcionado: comida, servicio y ambiente, ¡todo está en su punto!

La última vez que estuve, decidí dejarme sorprender por la chef Lorea y eso fue todo un acierto. Comenzamos con el famoso frito de huevo tradicional y, claro, la nueva versión de la chef fue expectacular. Después, dos pinchos a su elección: un ragut en pan brioche, que era un verdadero estallido de sabores, y una brocheta de lagarto acompañada de un puré de pera y pimientos del cristal. ¡La combinación fue grandiosa! Todo esto junto a un buen chardonnay de la tierra. El barman se lució describiendo cada cosa, y realmente se nota el encanto del equipo.

Si buscan un lugar con buena relación calidad-precio, este bar es el indicado. Tienen una carta variada con tapas y pinchos distintos que son para no perdérselos. Mi recomendado personal sería el pancestino. Con precios que oscilan entre 10 y 20 euros por persona, definitivamente vale la pena. Tras todas estas delicias, me quedé pensando: ¿Dónde se encuentra el Bar Monasterio? Pues bien, lo tienen fácil, lo encontrarán en C. Espoz y Mina, 11, 31002 Pamplona, Navarra. Una vez que lo visiten, seguro también querrán volver. ¡Nos vemos allí!

Qué es lo que hace especial al Bar Monasterio

Y, lo que te digo, el Bar Monasterio es un hallazgo total. Un día, mientras esperábamos para entrar en otro bar, lo vimos vacío y decidimos arriesgarnos. La verdad, ¡y vaya elección! Desde el primer momento, el camarero fue súper amable, encantador y extremadamente profesional. Pese a que era tarde y quedaba poco tiempo para que cerraran la cocina, nos atendió genial. Y ni hablar de los pintxos, ¡originales y riquísimos! Salimos de ahí recomendadísimos y con ganas de repetir.

Desde luego, si eres amante de los pintxos visualmente atractivos, el Monasterio es el lugar ideal. En nuestra visita, un 14 de abril, nos quedamos pegados a la barra, embobados eligiendo entre un gran surtido. Al final, nos decidimos por unas croquetas que costaban solo 2 euros cada una, ¡y pedimos seis! Deliciosas, de verdad. Ah, y aunque las cervezas nos parecieron un poco subida de precio a 3,20 euros cada una, el servicio rápido y atento compensó con creces.

El ambiente también es bastante bueno. Te cuento que hay una buena mezcla de gente disfrutando del lugar, y te sientes a gustito. Yo probé la mini hamburguesa y el pan Brioche de langostino, y ambos estaban para chuparse los dedos. En general, por persona te puedes gastar entre 10 a 15 euros, lo cual no está nada mal para un plan de pintxos y cervezas.

Entonces, ¿qué es lo que hace especial al Bar Monasterio? Pues, además de la atención cálida y profesional del personal, se nota que realmente le ponen cariño a la comida. Los pintxos, como el bao de pollo, el de rabo de toro desmigado o incluso ese bocadillo de txuleta, son una delicia que no te puedes perder. Sin duda, si buscas un lugar en Pamplona para disfrutar de buenos pintxos en un ambiente agradable, este bar se lleva todas las estrellas. ¡Hay que volver!

Qué tipo de comida se puede encontrar en el Bar Monasterio

La verdad es que Bar Monasterio se ha ganado un lugar especial en el corazón de quienes pasamos por allí. La última vez que fui, me encontré con unos pintxos extraordinarios, cada uno más delicioso que el anterior y ¡vaya que estaban bien presentados! Si eres amante de las patatas bravas, no puedes irte sin probarlas, son un espectáculo. Y para rematar, el vermú de grifo que sirven está de lujo, perfecto para acompañar esa buena música de rock clásico que suena en el fondo, aunque, por ser un detallito, el volumen a veces es tan bajito que casi te puedes perder alguna línea de la letra.

La experiencia que tuvimos fue espectacular. Después de un día de paseo por Pamplona, decidimos parar para comer unas tapas y quedamos encantados. Súper recomendables, la comida era deliciosa y además contaban con varias opciones vegetarianas. La presentación de los platos ha dado en el clavo: puedes notar que ponen cariño en cada detalle. Y si necesitas un trato amable, ¡este es el sitio! El personal es súper simpático y el servicio veloz, como para que quieras quedarte más tiempo.

Y no puedo dejar de mencionar el ambiente del lugar. Es tranquilo, ideal para disfrutar de un pincho recién hecho. La calidad de la comida es evidente, especialmente esos pintxos calientes que siempre están riquísimos. Además, el equipo hace que te sientas bienvenido, lo que transforma cada visita en una experiencia positiva. Tras varias vueltas por allí, no tengo nada negativo que decir. Me encanta ese lugar.

Ahora bien, si te preguntas ¿qué tipo de comida se puede encontrar en el Bar Monasterio?, la respuesta es simple: desde pintxos al momento que son todo un arte, hasta opciones deliciosas como el foie con pimiento del cristal y el famoso ceviche peruano. Además, cuentan con raciones que son una delicia, y para aquellos con necesidades alimenticias especiales, se esfuerzan por adaptarse, como lo hizo el personal cuando fui con una amiga celíaca. En resumidas cuentas, es un lugar perfecto para disfrutar de buena comida y un trato excepcional. ¡No te lo pierdas!

Qué bebida emblemática se ofrece en el Bar Monasterio

Y, bueno, después de haber disfrutado de nuestro tiempo en el Bar Monasterio, hay tanto que contar. Desde que llegamos, la atención fue de cinco estrellas; el camarero, con sus tatuajes y esa sonrisa siempre lista, realmente sabe lo que hace. Nos guio entre su carta de pintxos, que, por cierto, está llena de opciones innovadoras. Si eres amante del buen comer, no puedes perderte la croqueta de rabo de toro; es simplemente de otro mundo. Y para quienes buscan algo diferente, el pan brioche con cordero y especias es una maravilla que te deja con ganas de más.

El ambiente es espectacular; moderno, ordenado, y siempre hay un murmullo agradable en el aire. La variedad de pintxos es increíble, aunque algunos pueden estar un poco más elaborados de lo que buscas. Pero, todo considerado, hay tanto donde elegir que seguro encuentras al menos un par que te vuelan la cabeza. La tapa de pato y el saquito de gambas y langostinos son otro nivel, casi no te los puedes perder. Y para aquellos que buscan buenos recuerdos, no olvides probar un torrezno que preparan con pimentón y sal; está brutal.

A algunos les puede parecer que los precios son un poco altos, pero créeme, cada bocado lo vale. Además, aquí dejarte llevar por las recomendaciones es clave. La bodega que tienen es impresionante; hay una variedad de vinos que complementan perfectamente esos pintxos maravillosos. Es un lugar ideal para una velada agradable, y hay buenas opciones tanto para acompañar la comida como para disfrutar por sí solas.

Y claro, ¿qué sería de un bar sin su bebida emblemática? En el Bar Monasterio, no puedes dejar de probar su vino rosado; es fresco, aromático y cae como agua en esas noches de tapeo. Te lo aseguro, con cada sorbo sentirás la esencia de Pamplona. ¡Te va a encantar!

Cómo es la calidad de los vinos y cervezas en este bar

Así que después de haber disfrutado de nuestra última visita a Bar Monasterio, no puedo evitar echar la vista atrás y pensar en los pinchos que probamos. La experiencia fue de 5 estrellas, no solo por la calidad de la comida, que es absolutamente exquisita, sino también por el ambiente acogedor que se respira en este lugar. Si eres amante de los pinchos, tienes que probar el steak tartar, que sin duda se ha convertido en mi favorito personal. La variedad de sabores en cada bocado es simplemente increíble.

Cuando fuimos, pedimos una selección de pinchos calientes y tengo que decir que hicieron un gran trabajo adaptándose a mis restricciones alimenticias. Ellos se preocupan por sus clientes, y eso es un gran plus. No podía tomar huevo y no tuvieron problema en ofrecerme alternativas. Cada pincho que probé estaba riquísimo, pero si tuviera que recomendarte alguno, no te puedes perder el de Cangrejo y Wakame o el pincho de Cordero de la Puri, que resultó ser una combinación de sabores y una presentación digna de un experiencia gourmet.

Hablando de bebidas, hay que mencionar que el servicio del bar no se queda atrás. Tienen una buena selección de cervezas y el Estrella de Galicia que sirven es simplemente perfecta para acompañar esos pinchos llenos de sabor. Aunque hay una pequeña variedad de vinos, el enfoque está claro en ofrecer unas cervezas que complementen la mini cocina de calidad que ofrecen. Es evidente que cuidan los detalles y eso se siente en cada aspecto de tu visita.

Y no olvidemos los guiños a las croquetas, especialmente la txisketa, que me dejó muy satisfecho. Aunque hubo un pequeño malentendido con el servicio, la atención al cliente fue en general encantadora. Me encantaría repetir y seguir explorando las delicias que este lugar tiene para ofrecer. ¡Así que ya sabes, no dudes más y ven a disfrutar de una experiencia única!

Fotografías Bar Monasterio

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